Me examino en mi reflejo azul
retratado en las ventanas de los trenes que pasan
como un rostro que arrastra como equipaje un cuerpo
y ojos tan duros que hieren
como los de un sicario adolescente.
Tan absurdo como un solitario kamikaze novato
sentado en el banco de una estación
dudando de que dirección tomar.
Buscando en el semblante de la multitud,
que viene y va
sin quedarse,
el alivio de reconocer una cara
que no he visto más que en confusos sueños.
Cierro los puños en el fondo de los bolsillos
impaciente por amartillar el arma en que me he convertido.
Indeciso acaricio con la yema del dedo
el filo de la hoja en que tomé mis últimas notas.
Mis labios apretados hacen de verdugo
a imposibles palabras
incapaz de localizar ese dolor ni qué lo produce.
Asomo con vértigo la punta de los zapatos
detenido al borde del andén
para contemplar a mi alma suicida saltar al otro lado,
confiando en que al fin alguien por mí la encuentre
tendida con los ojos cerrados
para despertar a media noche,
después de escuchar su voz en mi cabeza,
y ver que se aleja agitando la misma mano
con la que me robo las líneas del futuro
dejando solo las del vertedero de mi pasado
en mi palma encallecida por tanta reprimenda.
Sólo cuando muera puede que os perdone.
TRISTÁN E ISOLDA.- RICHARD WAGNER
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Tristán e Isolda Richard Wagner Teatro Euskalduna.- Bilbao Eric Nielsen
dirige la Orquesta Sinfónica de Bilbao Director de escena, Allex Aguilera
Intérpret...
Hace 1 día
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