sábado, 18 de diciembre de 2010

TENGO UN AMIGO.....

                                                                       foto Doctor Barret


                                                                      Tengo un amigo


Tengo un amigo maricón
                        al que casi no se le nota nada.
Tengo unos amigos que todo el mundo afirma son la pareja perfecta,
pero cuando salen de la cama no se les nota nada.
Tengo también una amante lesbiana
que si no está conmigo no se le nota nada
y un amigo que se tira a todas mis ex,
pero hasta que no me pregunta si estoy saliendo con alguien nuevo
                                                           no se le nota nada.

Con lo que llevo gastado en abogados podría redecorar mi celda,
y es que el servicio postal funciona tan mal
que me devuelven todos los paquetes bomba
con los reproches que envío a todos los jueces que me encerraron,
y eso que jamás pongo el remite.
Y es que hubo un tiempo en qué de haberte ocurrido algo
habría compuesto para ti versos más sentidos que los de la Elegía a la muerte de Luis Sijé.
Hoy, todas las mañanas lo primero que hago mientras tomo el café
es abrir el periódico por las necrológicas y rebuscar entre los nombres ansiando leer el tuyo.
Dios y la segunda propiedad de la termodinámica saben que no soy un tipo rencoroso,
pero lo mismo que la vida no retrocede tampoco puedo olvidar si quiero llegar a final de mes.





Tengo un amigo que me clava puñales de plástico,
pero mientras no intente  rascarme ese punto casi imposible de la espalda
                                                                                                            no noto nada.
También tengo otro amigo que se hizo esquizofrénico
para conocer, como él decía, gente nueva,
pero hasta que no le sorprendes  hablando solo
                                               no se le nota nada.
Tengo más amigos de los que puedo echar en falta
sin embargo hasta que no me los tropiezo
                                               hago como si no notara nada.

Le estoy dando vueltas a si sería buena idea intentar volver a quedar otra vez contigo para
devolverte aquel paraguas roto que me prestaste a través de la ventanilla de tu coche, mientras
patético, yo, junto a la puerta me empapaba bajo la implacable lluvia y tú no dejabas
de dar precipitadas excusas de la enorme prisa por marcharte  que de pronto te había entrado
y que te impedía acercarme a ningún sitio.
Y es que hasta el hombre lobo tiene una mala noche y el mejor torero una mala corrida, pero
 lo que menos necesito es tu compasión porque Roma tampoco se quemo en una noche.

Tengo un amigo que se caga de pie
pero como mea sentado no se le nota nada.
Tengo una amiga que afirma respetar mucho a los hombres,
hasta que te cuenta como alcanzo su primer orgasmo durmiendo con su perro diabético
no hubieras notado nada.
Tengo también un amigo que decía saber demasiado
así que otro más honesto lo liquido,
eso sí, sin que notara nada.

Son perros aullando a la luna para recordar que una vez fueron lobos
como si alguna vez también hubieran sido de naturaleza pura y bendecidos de inocencia,
así que cuando son juzgados apelan a serlo por sus sentimientos en vez de por sus actos
como si su palabra fuera su mejor coartada.
Ya no soy un muchacho como para cambiar de costumbres y de amigos
y  me volveré a dejar embaucar o a fingir como si ya no conociera sus trampas.
Eso o tener que perdonarlos y eso lo soportaría menos que tus llamadas de madrugada
para contarme por enésima vez como la vida se te cae encima.

Así es como cuando vuelvo a mi casa, siempre solo, como un involuntario naufrago
                                                                                                          en la tormenta perfecta,
noto como si la madrugada estirara y alargara aun más las desiertas avenidas
y que parezca que en ellas levitan las rojas luces de los semáforos como la fija e inquietante
mirada del diablo observándome;
noto más allá, como el chasquido de unos dedos, el alivio de un guiño ámbar
tentándome con el repique del slogan de que la noche aun no ha acabado;
noto, como entornados por un éxtasis de treinta segundos, se vuelven verdes
confirmando que otros antes ya han aceptado la invitación,
y noto, también en esos ojos, los de unos caballos tóxicos
y el temblor de su galope trayendo la madrugada.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Acerca de mi andan circulando numerosas versiones y no puedo creer ninguna. Permanecer callado, aparte de dar una imagen de indiferencia que seguro interpretarías como si no me importara lo más mínimo lo que de mi se piense, seria dar por buenas tantas inexactitudes. Así que no puedo permanecer por más tiempo callado, pero a veces lo más sencillo, de pronto sin que se pretenda, se vuelve complejo de explicar. Lo que trato de haceros entender es que con quien os habéis estado tomando tragos estas ultimas noches, a quien habéis estado soportando sus pésimas bromas y reído sus groseros chistes, prestado dinero a fondo perdido y paciencia disfrazada de comprensión por otros favores que no es conveniente contar ahora en publico, y que ha ido derivando con el tiempo a repentinos silencios o cómplices cambios de conversación mal disimulados cuando mi contorno y mi fea careta asoman por la puerta del bar, no era siempre yo.




Si no me creéis, preguntadle a quien se os aparece haciéndose pasar por mi dónde y qué me ha dejado tejiendo. Se trata, lo digo para los más escépticos, de mi fantasma. Habéis oído (leído) bien. A ver si no, poniendo a prueba vuestra memoria y a todos cuantos afirmáis conocerme íntimamente, de qué si no me voy yo a atrever a hacer esas cosas que llegan a mi oídos y otras que dais crédito sin preguntarme porque os avergüenza.



Cuándo he sido yo de esos tipos capaces con una sola mirada de seducir a la mujer que desee, de no tener que usar las palabras nada más que para indicarla el camino de ir a deshacer mi cama, o con las más indecisas, confesándolas que las amo a la luz de una cerilla mientras las doy fuego mirándolas fijamente a los ojos. Y al día siguiente, cuándo he sido de dar todo tipo de detalles de mi captura a vuestros cochinos oídos y no esconder el soberbio orgullo por haber dejado de pertenecer al rebaño de pringaos al cual pertenecéis tras recibir un SMS en el que se me describe, en un comparativa con todos los hombres que conoció antes que yo, como el mayor hijo puta.



De cuando he tenido cuenta abierta en tantos bares como ahora y he salido de ellos sin pagar ni una de las rondas de las que alardeo haberos invitado con la misma generosidad manirrota del que despilfarra lo ajeno.



Lo que ha sido una sorpresa ha sido descubrir que ahora más que nunca los necios propietarios de los locales me reciben como a un autentico personaje cuando entro en sus inmundos bebederos. Me reverencian una sumisión expectante porque deben confiar que en esta nueva visita saldare mi deuda. Que equivocados! Esta, en vez de languidecer tiene cada día el aspecto de un gorrino bien cebado.



Qué camello me fiaría sino fuera por mi anterior reputación de hombre ordenado, o eso o es que se ha dado una feliz coincidencia que les ha llevado a creer que mis consumos les ofrecen más confianza que la que tuvieron antes en mí los bancos.



Cómo con una sola llamada puedo tener las llaves de varios coches, de casas en la playa o en el campo. Cómo puedo pasar toda la noche apostando a doble contra sencillo y que de madrugada me permitan retirarme si no sabrían que la próxima noche volveré para perderlo todo de nuevo.







Si os lo encontráis aseguraros bien de que no se trata de mí antes de coserme la boca a ostias. Deseo conservar mi dentadura reconstruida todo el tiempo que permanezca vivo.



Si no me habéis creído nada de cuanto os he confesado os daré la oportunidad de comprobarlo. Es lógico pensar que con la vida que me estoy pegando daré con mi cuerpo en un oscuro cajón de madera de pino de monte antes de que vuestra impaciencia de acreedores recelosos se acostumbre a mis impagos.



Entonces, como únicamente puede quedar uno, podréis acudir para clavarme un alfiler en los genitales. Eso u ocupar los vacíos bancos mientras mi amigo Vilillo interpreta “knoking to the heaven,s doors” y comprobar si es una farsa más este funeral sin flores y sin público.



Si habéis sido de los que habréis obrado tan miserablemente os garantizo que más de una noche oíreis el trueno de mi carcajada y al giraros descubriereis mi inconfundible silueta al fondo de el más oscura de los bares que frecuento, en mitad de un corro de parroquianos que hipnotizados escuchan mi perorata de charlatán de esquina, aderezando con mis crueles comentarios sobre alguna nueva canallada que mejora cada vez que la cuento.







Como dije al principio, lo más sencillo es lo más complejo de explicar. Jamás me he opuesto a lo inevitable ni he hecho nada por cambiar un destino, que de joven me parecía de posibilidades inagotables. Y os lanzo un desafió para saber que no soy el único: que levante la mano al que no le de miedo luchar contra un fantasma, sobre todo si es el propio.

lunes, 8 de noviembre de 2010

noche poetica en el Residence

hombre sin sombra

Si huyes, procura hacerte anónimo


como un pájaro en la bandada,

dar esquinazo a lo inevitable

tatuando en tu mirada el horizonte.

Hombre sin sombra atrapado en la noche,

el único destierro seguro

frente a la desquiciada luz del día,

inquietante laberinto liquido

que ya te ahogaba antes de nacer

y que te señala como culpable

de dejar agonizar tus sueños,

que ahora te acosan como espectros

tanto de los pecados que hiciste

como en los que eras sólo testigo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

fotos de la noche poética en luz de gas

preciosa noche poética la de luz de gas, éxito de poetas y de publico que se lo paso genial. las fotos son gentileza de dos buenos amigos y fotografos, roberto marcos o mas conocido como doctor barret y pablo urkiola...






















domingo, 10 de octubre de 2010

NUEVA NOCHE POÊTICA

nueva NOCHE POÉTICA esta vez el 29 de octubre en el bar LUZ DE GAS de la calle la Pelota, Casco Viejo. Sera a las 20,30 y como en la Karola esperamos contar con el mayor numero de poetas, publico y músicos

el cartero de Dios




Que se borre el sendero con mis huellas


y se extravié ese despreciable cartero,

Mercurio ateo y mercenario que en pos de mi atravesó el sol

de las largas y lumínanoslas tardes de mi infancia

persiguiendo mi rastro caliente implacable hasta hoy día,

pisándome los pasos con el hueco eco

de calabozos cerrando sus puertas con un siniestro golpe a mi espalda,

como si en vez de haber vivido

hubiera dedicado toda mi existencia a huir,

como si permanentemente haya habitado en un laberinto de adverbios.





Que pierda sus delgadas y suaves manos

en un milagroso accidente,

como cuando el viento arranca las velas a un barco

o hace desaparecer entre los otoñales montones de hojas

el destino de una constelación

atrapada hasta ahora en un puño cerrado

que se abre dejando caer que la vida fue una pérdida de tiempo.



Que un torbellino lo envuelva y lo desoriente.

Que el vendaval lo ciegue y lo persiga a él

confundiéndolo como la negra premonición

de un coche fúnebre intentando atropellarlo

si toma la decisión errónea de cruzar una calle.



Que Caronte sobornado únicamente con dos monedas falsas

se niegue a guiarlo hasta la orilla

donde me he dejado morir como las ballenas

y no consiga entregarme ese certificado con Dios por remitente,

que a él lo liberé y a mí me pesé más

que una nueva tarea al bueno de Sísifo



El firmamento tiene millones de ojos sin parpados por los que nos observa,

pero como un ciclope la condenación una única puerta

en la que un rejuvenecido Mefisto me aguarda para solicitarme los papeles

y fingir como si no me oyera preguntar: “¿ Qué cielo hace hoy en el inferno?.



Ningún esforzado Homero narrara mi historia

pues mis sueños no son los de Ulises ni mi alma la de Fausto.

Sin embargo, este ensueño me parece haberlo tenido ya antes.

Era jueves, llovía…

Pero hasta ahora nunca el diablo,

que me hacía reverencias en la puerta como a los buenos clientes,

había tenido mi rostro.