jueves, 26 de junio de 2008

AL SORPRENDERME ESCRIBIENDO CON UN DEDO EN EL AIRE

Me juzgas y sopesas mi locura

al sorprenderme escribiendo con un dedo en el aire

preguntándote recelosa

si ocultare aún más rarezas.

Para evitar que me mires de la misma manera

te confesaré que respiro por mis heridas

como un reptil de sangre caliente;

extravío mi mirada

con cada ojo observando en todas direcciones,

pero clavado en mi interior

gatea un pensamiento inconsistente

que humedece mi lengua como una sopa de moscas

para acometer la masturbación

como un espontáneo homenaje

imaginando tu cuerpo de una perfección

que tú también envidias en las modelos de las revistas.



Ya no hablo solo, al menos como solía hacer,

ahora me dedico a mejorar la acústica en silencio

escuchando los latidos de mi corazón

y comprobando como invariablemente mejora su ritmo

más saludable cada vez que te evoco.

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