Tengo la misma enfermedad de las hojas en otoño,
que los peces y las algas
habitando la dimension en que no existen espejismos,
la de los tesoros hundidos y los barcos naufragados.
Como todos los enfermos me he vuelto cruel,
como el escorpion al que una rana
ayuda sobre su lomo a cruzar un arroyo.
No me bastan las buenas palabras
ni que me regales un "¿como estas ?"
Si no quieres que te duela saber no preguntes.
Contamino con mi mirada los vasos de leche,
a los niños en el vientre de sus madres
con el humo de mi respiracion
y a ti con las dudas
y mi miedo a dejar de ser inmortal.
Me cuesta tanto volver a amar
y sin embargo sin ti morire
pensando que el amor tiene una deduda conmigo.
Tejer un pidgin
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Existió hace mucho tiempo un pidgin vasco-islandés creado, como todo
pidgin, para entenderse, para poner fácil ese deseo tan humano de
comunicarse cuando...
Hace 1 semana
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