Necesito ver las manos de Dios,
no por haber sufrido un repentino ataque
de arrepentimiento travestido de ascetismo
justo la noche de insomnio en que, definitivamente,
había decidido dejar de fumar
mientras enciendo un cigarro tras otro
con la colilla aun humeante del último.
Tampoco, porque pretenda- me libre él de ello-
saber que se trae ahora entre manos,
ni porque presienta que pudiera ser
nuevamente algo contra mí;
sobre todo, cuando media humanidad
se conformaría, tan solo una vez,
con contemplar su vaporoso rostro,
confirmándose curiosamente que es tal
como siempre lo habían imaginado,
con espesa venerable larga barba blanca;
y cuando a la otra mitad, llegado el momento
les bastaría con escuchar su voz de capitán de barco
surgiendo honda como un vigoroso haz de luz
de un sol de medianoche que les envolviera
como a girasoles ciegos que acabasen de recuperar la vista.
No, yo quiero ver sus manos; las de verdugo
preocupado por regresar pronto cada noche a su casa
y poder ocuparse al fin de su jardín;
las de estrangulador aplicado en repasar con hilo dental
las fauces de unas fieras que guarda atadas;
las de trilero, suplantador del prestidigitador
que se alía con la fe piadosa de los espectadores
para que no se le haya visto el truco
en el justo momento en el que accidentalmente
se han encendido de golpe todas las luces.
Quiero irrespetuosamente, henchido de soberbia subversión,
que nos las muestre para leer en su palma
y conocer de primera mano, si él
como a imagen y semejanza nuestra
también tiene líneas sobre las que pasar el dedo
con su destino inalterablemente detallado, definiendo
- ya que nos ha dejado siempre bien claro
ser un tipo que es partidario de acabar con todo algún día-
cómo va a terminar con esto;
o si por el contrario, como vengo sospechando,
esconde ya en la manga el privilegio
del as de la continua improvisación.
1 comentario:
Publicado: Jue Ago 21, 2008 9:54 am Asunto: Re: necesito ver las manos de Dios
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Hace mucho que dejé de creer en divinidades, porque no puede ningún dios serlo consintiendo las injusticias que se consienten en este mundo, pero ya se sabe...nos lo enseñaron como un ser castigador y es difícil hacerse el valiente ante el miedo al castigo.
Me gusta como escribes, Oscar. Lamento no ser capaz de hacer un análisis pormenorizado de tu poema por eso me limito a decir que tus letras transmiten algo que a mi me llega.
Un abrazo
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