sábado, 12 de julio de 2008

LA PUERTA


Es, la insoportable lucha con el sentimiento
razonado
pero al que me es imposible plegarme
y aceptar
que siempre habré de permanecer
en el quicio de una puerta
sin saber si podré entrar
o si alguna vez conseguiré quedarme;
habitando la constante despedida
sin que mis manos te puedan acompañar
nunca más allá del umbral
que me niega todo lo que soy.

Diciendo eternamente adiós
a lo que mas amo
y a lo que acudo a recoger prestado
para que durante unas horas
recree la ficción de ser a jornada completa
lo que interrumpe una forzada separación
siempre puntual
sobre la que se acumula en su momento,
de golpe sin tiempo ya,
todo lo que me hace falta decirte
que resumo deprisa desesperanzado
con las palabras nunca exactas,
pero que aun así se me atascan en los labios,
recordándote para que se te grabe
que siempre seré tu padre

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