Debí haberme quedado a tu lado
y evitar que te convirtieras en victima de ti misma.
Aun hoy, cuando tu mano ya sólo quema la mía,
cuando tu sexo es incapaz de sostener mi mirada,
noto como si mi palabra continuase
pesando más que todas tus falsas promesas.
Quizá, porque como siempre me reconociste
te quise más que tu a mi
y porque pese a los rumores de sordidez acerca de ti
hice los oídos sordos de quien se cree tan puro
como para convencerte de que me siguieras
caminando sobre las aguas.
Un sinsentido como querer arar en el viento.
En cambio, ahora no me cabe la menor duda
acerca de cual será tu destino.
Únicamente falta saber la distancia que recorrerás antes
de que te encuentren como llegaste al mundo
tirada en alguna cuneta o zanja, con la cara metida en el barro,
dentro de un contenedor de basuras
en el que por contra no cabrían todas tus miserias.
Ese día al reconocerte en la foto de algún diario
estrangulare sus hojas como el que no quiso aceptar
que no existe mayor monstruo
que quien es capaz de sacar lo peor de otra persona.
Para cara de ángel, corazón de demonio.
1 comentario:
uffffffffffffffff!!!!
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