miércoles, 8 de octubre de 2008

àrbol rabioso


El nacimiento de mi nueva consciencia
coincidió con el paso de una estrella fugaz
por el cielo de una mañana soleada,

al escuchar a mi verdugo silbar una canción
mientras ultimaba los detalles para mi inminente ejecución,

que acabe por aprender y así comenzamos a silbarla juntos,
consiguiendo que nuestros respectivos ecos
compartieran libres los muros del patio y las galerías,
dando de si a los barrotes y haciendo nudos con las llaves.

A partir de entonces me convertí en un árbol rabioso
de cuyas ramas monos muertos de hambre
se descuelgan para caminar sobre dos patas
e iniciar el éxodo evolutivo que les lleve a doblar sus costillas
adorando a becerros de oro y a crucificar al Mesías.

Un árbol cuyas hojas perennes necesitan trasfusiones
de sangre de las infructuosas aves migratorias.

Un árbol cuyo fruto exhibe especuladora en su boca una serpiente
tan larga como la codicia que me encerró en esta cárcel,
en la que la redención significa tener de nuevo un arma en la mano.

Un árbol que creció de la zarza ardiendo
y que muestra orgulloso los tatuajes que cubren totalmente como una corteza
su cuerpo, prisionero incapaz de desintegrarse como la pastilla de jabón
para escapar de si mismo por el desagüe convertido en espuma.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poema que encierra una luz dentro del oscuro panorama que lo rodea. Es la luz del renacer de la conciencia y del nuevo hombre. Supongo que todo será metafórico, la cárcel... sino el triunfo y el mérito sería doble, sin duda. Un poema hondo.
Me dejaste pensativo.
Mi abrazo.
J. Manuel

Anónimo dijo...

Ciertamente es un poema muy hondo, lleno de sensaciones de superación y esperanza, que deja a uno pensando.
Un placer habero leído

Anónimo dijo...

creo que quieres dar a entender que tu entorno, la vida en si, el comportamiento humano te ha empujado a ser otro ser, mas rabioso quizás como esos monos que dices que cuelgan de las ramas...... la he leido detenidamente, es como si el mundo tuviese que volver a su origen, a sus raices, buscar la fé perdida porque hemos evolucionado erroneamente masticando odio y violencia.......... el árbol se toma como referencia normalmente de la evolución paralela a la vida humana y tu lo ves lleno de rabia.

uffffff tiene profundidad tu poesia

besitos de paloma blanca ( incluida rama de olivo eh?)
muakisssssssssssssssssss

Ana Villalobos Carballo dijo...

Hola Óscar,es un gusto pasar por tus letras y encontrar este árbol que nos deja pensativos y con sensaciones como las que describe Zoa. Me gusta como este poema va pasando del lado más oscuro hasta la luz más intensa donde triunfa la esperanza. Un poema muy hondo. Es un placer volver a leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Anónimo dijo...

A partir de entonces me convertí en un árbol rabioso
de cuyas ramas monos muertos de hambre
se descuelgan para caminar sobre dos patas
e iniciar el éxodo evolutivo que les lleve a doblar sus costillas
adorando a becerros de oro y a crucificar al Mesías.

Un árbol cuyas hojas perennes necesitan trasfusiones
de sangre de las infructuosas aves migratorias.


Esta parte me ha gustado mucho Oscar, la fuerza y todo el significado que implica cada verso, todo el poema habla desde un contexto desgarrado que se reprocha incluso a si mismo.
Qué verdades encontramos a veces en los versos, como ahora.

Un abrazo

Sara

Anónimo dijo...

Compañero Óscar, un buen poema, me gusta esta perspectiva que plasmas en este poema, como ya te dije en un e-mail, es un placer detenerse en tus poemas compañero, un abrazo.
Adrian

Anónimo dijo...

No me gusta la gente. La gente es una masa infecta.
En cambio me gustan las personas, de una en una.
El cuidado de tu blog y tu lenguaje paralelo , el de entre lineas, dicen de tu metodismo y cuidado personal de tu obra.
Leo, analizo, y más allá, te descubro.
Un saludo.