domingo, 3 de mayo de 2009

mis silencios







foto by Rober Barret



De pronto tu voz con tono herido me saca de ese estado,
en que te prometo a pesar de que reiteres con mal disimulado interés
tu pregunta, que no pensaba en nada; pero al mismo tiempo,
porque mi alma por breves instantes ha pertenecido más a mi cuerpo,
es imposible que no estuviera barruntando algo inútil de explicar
con palabras y que tu apremio ha convertido en cenizas
que has esparcido celosa por ocupar su sitio,
haciendo latente tu pudorosa inseguridad ante mi largo silencio.
Esas situaciones de ausencia que tanto te inquietan
porque te ves incapaz de interpretar, son el profético anuncio
de algo que quiere llegar pero ignora aún en que parada apearse;
que viaja nómada a toda prisa saltándose los semáforos
a la misma velocidad con que el silbido de las alas del diablo
imitan el sonido de las sirenas persiguiendo a las ambulancias,
y otras, con el paso exasperante de un viejo cruzando la calle,
obstruyendo como un infarto al impaciente e irracional tráfico.
Regala con lascivia drogas a la salida de un colegio de señoritas
o se impone salvar al mundo sin que nadie se lo haya pedido;
se imagina en secreto el olor de los rincones en cuerpos que no son el tuyo
pero a los que me encantaría poner tu rostro con los ojos cerrados
y los labios tan apretados como tus manos agarran a las sábanas;
o se mueve, sigiloso como un escualo, entre los esqueletos del pasado
flotando en el magma de mi memoria de la que me es imposible evadirme.

3 comentarios:

EL DOCTOR BARRETT dijo...

Tus silencios son ecos del pasado, presente y futuro. Tus silencios son incertidumbres. Tus silencios son estridencias en una cueva llena de murciélagos chillando a miles. Tus silencios son fuegos artificiales en una fogata en pleno verano a las 12 de la noche con la brisa marina dando suavemente en mi cara. Tus silencios son la fuente de mis inspiraciones. Tus silencios son las páginas secas de un libro que ayer se mojó y hoy vuelve a retratar una verdad oculta.

Tus silencios son mis aullidos. Y mis aullidos son miles de colores llenando tus silencios.

Jokin Gonzalez dijo...

Francamente, envidio esa empatía que desde las entrañas os ha cruzado. La carne en verso de Oscar, la poética visual de Barret y la voz sin igual de Txemi sería la hostia para en plena comunión sacramentar vuestro arte. Aquí queda la sugerencia.

Anónimo dijo...

Un poema bueno..., cómo no.
No te calles, Óscar.