martes, 19 de agosto de 2008

tercera persona






Le arden las palmas de las manos

como si con ellas blandiese la anatomía incierta

de su estéril destino,

como si en ellas estuvieran clavados sus ojos

abriéndose paso entre líneas quemadas

de un futuro remoto.



En sus oídos resuena el eco irreal

de voces y palabras escapadas

para obligarle a revivir un pasado

del que le es imposible zafarse,

y que una y otra vez acude imprevisible

empuñando las letras impagadas

a las que hace frente únicamente

con unos remordimientos sin sinceridad

pues ya nada se puede alterar.



Sus pasos no le llevan a ninguna parte

y él lo sabe bien.

Cada nuevo encuentro es un atraco

perpetrado con la alevosía

de querer abandonar el botín

al doblar la esquina

en una papelera.



No huye deprisa al oír las sirenas;

lo hace con las pisadas lentas

sin dejar huella

como las de alguien que ya esta preso

dando vueltas en su celda.



Su corazón es el ultimo botón

de la camisa de fuerza a la que se abraza

como el que esconde las manos por el frío

o quizá, porque le ardieron como castigo

por haber consumido el accidente

de la vida de un sólo trago.

9 comentarios:

DIVISIÓN ROBER dijo...

Es curioso, pero lo que el protagonista de la historia siente, piensa y dice, me resulta muy familiar. Hoy precisamente he tenido una de esas noches en el trabajo, que hay algo que te arde por dentro. Y no sólo te sale por las manos, te sale por las orejas, por la cabeza, y también en última instancia por la boca.

Es una sensación poco tranquilizadora, porque el personaje que estamos interpretando no es uno mismo. Es ese ventrilocuo invisible que habla por nosotros cuando sabemos que tenemos razón. La rabia nos lleva a hablar de cierta manera, porque el cuerpo y el alma no pueden más y ahora es mejor dormir. ¿Buenos días o buenas noches?

Anónimo dijo...

AMIGO ROBER, POR FIN HAN ACABADO LAS FIESTAS DE BILBAO, YA PUEDO DESCANSAR O DORMIR, Y LO HAGO MAS TRANQUILO DESPUES DE LEER TUS PALABRAS...

Anónimo dijo...

Qué bueno! Es un poema muy interesante, me dio la impresión de estar metida en la historia de principio a fin, como un espectadora más de su destino, al que parece no puede escapar.
El título sigue siendo para mi un misterio jaja, que corta soy. Me encantó el vocabulario y me encantó todo.
Un beso Oscar!

Anónimo dijo...

Estupendo poema y si aún late el corazón quedan muchas esperanzas por delante.
Cariños.
Aylín.

Anónimo dijo...

Este poema es tremendamente bello...

Anónimo dijo...

Escritura automática que, sin embargo,
tiene mucho sentido y unidad.

Un abrazo.

Nieves

Anónimo dijo...

Compañero Óscar, este poema lleva ese misterio de la lectura al principio, y en las dos últimas estrofas lo bordas, me gusta el desenlace que haces , un buen poema compañero, es un placer leerte , un abrazo.
Adrian

Anónimo dijo...

Espléndido poema, Óscar, donde la reflexión y el análisis dibujan esa "tercera persona". Libertad versal para un desarrollo magnífico de la composición.
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Magnífico e intrigante poema con desenlace de la última estrofa genial.Un saludo cariñoso Oscar