miércoles, 23 de diciembre de 2009

AMAI(Ñ)ADOS





Estoy empezando a creer que el cielo y el infierno

deben de ser la misma cosa.

Lo digo porque allí, al final de esta historia,

nos reencontraremos todos y no me imagino mayor

absurdo castigo que tu ineludible condena

sea tener que volver a mirar a los ojos

al ejercito de muertos víctimas de tu egoísmo aquí abajo.

Enemigos que te buscaste, desnudos al fin del odio y el rencor,

que eran los dos besos que se cernían en sus mejillas

cuando con una sonrisa perfectamente ensayada saludabas

presentándote ante cada nueva incauta víctima

para parasitarle la felicidad de la ilusión.

Y tú, como conclusión, desposeída de tu tiranía de reptil

y de cualquier justificación.



Pero al cabo llega ese momento de aclamada satisfacción

que todos hemos deseado según fuiste envenenando y saqueando,

sin ponernos de acuerdo cada uno con su fecha,

dotándote de la oportunidad de seguir arrastrándote

y de la impunidad de continuar fecundando más dolor;

te deseo, ojalá, que aquí abajo mientras tanto,

tu pasado te persiga como un aguacero de cristales rotos

y como un vendaval te envuelva arañando el reclamo de tu suave piel;

que en tu presente se repita la consciencia de vivir día tras día

la perenne rutina de la constante insatisfacción de una existencia insaciada,

que bajo tus hipnotizadores bellos ojos se formen las enormes ojeras

de dormir sola todas las noches aunque a tu lado

ronque satisfecho de tu vació a quien nunca amaras.

Que tu futuro, aunque hayas aprendido,

y eso es lo que dudo ya que lo que me ha enseñado a mi la vida

es que las personas jamás cambian,

que tu penitencia sea no ser creída incluso cuando digas la verdad,

que eternamente cuando cierres los ojos sea para ver nuestros rostros

y que todos los sueños que pretendas poseer se te transformen en liquido
huyendo de tus manos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tengo que agradecerle a esa mujer que me haya devuelto a el poeta que sus mentiras le hayan dado la mejor version de si mismo

Oscar eres un amor muy atormentado pero un amor

Maria

Anónimo dijo...

La "pataleta" es inmadura, pero cómo desahoga! Sin embargo, no hay que quedarse ahí. Cuando ya se consigue tener la cabeza bien fría, hay que sacar un aprendizaje de todo lo vivido, y desde luego, confiar en que la vida no se equivoca; confiar en que tarde o temprano, cada uno vamos ocupando nuestro lugar.

¿Intentando dar lecciones? Ni mucho menos; esto es una reflexión en voz alta.

Lamoni.

Anónimo dijo...

¡Muy fuerte, Óscar! El sufrimiento de los demás no debe producirnos satisfacción pero a veces desearíamos que quien nos ha hecho sufrir y ha querido humillarnos, por lo menos, recibiese un poco de su propia medicina. En mi estado actual de cosas te diré que lo he entendido perfectamente y que me he identificado con el mensaje, amigo, aunque ya sé la clave (por el título). Hay quien debería sufrir el infierno que ha sembrado en esta tierra pues de lo que hay después nadie ha vuelto para contarlo. Un gran poema amigo, duro, contundente y directo, como tú sabes hacer. Te aplaudo.
Un fuerte abrazo.
Julián Borao

Anónimo dijo...

uy original tu poema y muy bien construido.
me ha gustado mucho leerlo.
ha sido un placer.
Mis felicitaciones y un fuerte abrazo
Joan

Anónimo dijo...

como te dice Julián, Óscar,

duras palabras pueblan este poema, en el que las emociones de ira y frustración, están a flor de piel y se dejan sentir "in crescendo" en los últimos versos

un abrazo en estos días de llamada a la cooperación.....Pilar

EL DOCTOR BARRETT dijo...

La gente no cambia, es verdad. Excepto en algunos casos en que han visto la muerte de cara, o han visto algo en su vida que les aparte del mal camino. Es tan difícil hacer el bien, como hacer el mal, porque al final estás solo. Las decisiones son drásticas y no a todo el mundo les gustan.

En cuanto al verdadero mal, no reside en el diablo, es un testigo que se pasa generación a generación, y siempre hay alguien que debe pagar sus errores eternos. Los vampiros existen, y tú lo has comprobado amigo Óscar.

El purgatorio existe, y debe de ser este planeta.

Saludos colega.