miércoles, 20 de mayo de 2009

las fotos y la presentacion

















































entrevista publicada en la contraportada del diario "Deia", el domingo 17 de mayo











OSCAR ALBERDI POETA Y COCINERO

"De Santa Teresa sólo conozco la botella de ron"




Corre por sus venas el oficio de cocinero, un 'virus' que brotó en las cocinas de un clásico, el restaurante Bola Biga. No es, sin embargo, un hombre de pasión única y cultiva el realismo sucio en la literatura con la misma destreza con la que 'asea' un gran bacalao para la mesa...
Jon Mujika
restaurante alberdi. Atiende la entrevista con aire fatigado y uno no se atreve a preguntarle -miren sus ojos en la fotografía y sabrán por qué...- si el cansancio obedece al trajín de la cocina o una de las noches canallas que tanto adora. Oscar Alberdi es un cocinero de raza que acaba de publicar Conviviendo con el caos, un libro de versos duros como el papel de lija, dirigidos al corazón... ¡de las entrañas!


¿La realidad es sucia?


Puede serla y puede que no lo sea. A mí me gusta algo cochina, sí.


¿Autobiografía?


Hay un trasfondo en el libro que sí lo es. He pasado mucho y ahí queda, no me arrepiento de nada.


¿Se puede comer de los versos?


No. Por eso sigo en la cocina. En la puta bohemia que tanto me gusta se vive fatal y se come frío, pero es muy divertida aunque salga cara. Así que se confiesa canalla... Me gusta la noche y andar con malas mujeres que fuman y beben. Pero eso es incompatible con el oficio de cocinar.


¿Dejará entonces un día de estos una u otra vida?


Salgo menos de lo que me gustaría, pero cocinar es algo que me apasiona.


¿Y si la literatura le diese para la buena vida golfa...?


Quizás cocinaba para las cenas. Y luego saldría de marcha con los comensales... ¡No es mala la fórmula, no!


¿Qué domina más, un buen bacalao o un verso?


Al bacalao lo tengo dominado desde hace tiempo y el verso a veces se deja y a veces no. La poesía surge cuando quiere. Por eso tengo un ordenador en la cocina...


¿Para escribir?


Para escribir. Algunas teclas están desfiguradas por la grasa, pero las conozco bien a todas ellas. ¿Le puedo llamar poeta?


No.


Así de rotundo...


Para ser poeta hace falta tiempo y es tiempo lo que me falta.


Santa Teresa también era una poeta entre fogones.


No tengo nada que ver con esa señora, salvo que ella tenía un miembro incorrupto y yo otro. De Santa Teresa sólo conozco la botella de ron.


Volvamos atrás: cocinar y escribir versos. Ya sabe que las mujeres dicen que el hombre...


Ya, ya. Que no puede hacer dos cosas al mismo tiempo. Sabe en qué se parece una mujer a un delfín...


¡Ni idea! Todos sabemos que tienen una forma de comunicarse pero ni Dios sabe cómo descifrarla.


La pregunta tópica de la entrevista: ¿los cocineros y los poetas nacen o se hacen?


Ambas cosas.


¿Y usted?


Yo he nacido para esto, para la cocina y para escribir versos.


En esta segunda faceta habrá causado sorpresa entre sus compañeros de oficio...


Ha sorprendido que escriba con la pinta que tengo de gorila de pub de alterne, sí. Pero algunos ya me han felicitado.


¿Qué se cuece en su cabeza ahora? Si este libro sale bien, tengo preparado otro que se titulará Los poemas de un asesino.


¿Lírico?


Ja, ja, ja. Ya te puedes imaginar que no. Corren malos tiempos para la lírica.


¿Cómo consiguió publicar entre tantos escritores? En determinados foros de internet hay un puñado de gente que escribe y que se conoce entre sí. Una amiga me pidió permiso para enseñar mis versos a un editor...


¿Y?


Al parecer el día que los leyó había olvidado tomar la medicación y le parecieron cojonudos.


¿Las musas le han quemado algún plato alguna vez?


¿Qué gilipollez es ésa...? Ya le he dicho que hago dos cosas a la vez.






el protagonista carné de identidad


· Edad. 43 años · Lugar de nacimiento. Bilbao, pronunciado con toda la rotundidad del mundo. · Carrera profesional. Trabaja de cocinero desde los 18 años y escribe poesía desde antes. En la actualidad regenta el restaurante Alberdi. Acaba de publicar su primer libro, 'Conviviendo con el caos'. sus frase "En la puta bohemia que tanto me divierte se vive fatal y se come frío. Por eso cocino..."

articulo aparecido en el diario "el correo" en viernes 15 de mayo


Versos directos al hígado

"Conviviendo con el caos", primer libro de poemas del cocinero Óscar Alberdi


POR Txema Soria


Para Óscar Alberdi, reconocido cocinero, escribir poesía ha sido una tabla de salvación a la que agarrarse en algunos de los peores momento de su vida, un rincón donde poder soltar la rabia acumulada, verter aquellas emociones intensas que no se pueden contar más que a un papel en blanco. Ayer presentó en la librería Cámara, justo enfrente de su restaurante, su primer libro, ?Conviviendo con el caos?. Javier Cámara dijo en la presentación que cada poema de este volumen es una verdadera sorpresa. María Villa fue la encargada de leer el prólogo del libro, escrito por Mayte Sánchez Sempere, en el que se dice que «la poesía de Óscar tiene tanto de vida en cada verso que no puede dejar de respirarse». Es una poesía sin metáforas, que puede entender cualquiera, poemas escritos por un hombre que ha sufrido, que ha vivido. Sus versos son contundentes, como un directo al hígado. Txemi del Olmo y Peru Fuentes recitaron algunos de los poemas del volumen y Manu Iturregui interpretó al acordeón ?El vals del padrino?.Estuvieron en la presentación Adrián Alberdi, hijo de Óscar, que no se separó en ningún momento de su padre, Carmen Tobalina, Ángel Cámara, Iñaki Goitisolo, Aitor Fariñas, que apenas podía hablar, pues acababa de llegar de Valencia de animar al Athletic en la final de Copa, Elena Escudero, el cocinero Ricardo Pérez, Mateo Peláez, Begoña Viana, Isabel Batarrita, Alberto Zuluaga, presidente de la Asociación de Cocineros Vizcaínos Geugaz Jan, Alex Fiz, Marino Montero, Elena Marsal, Elisabet Alberdi, Iñaki Basterretxea y José Luis Jauregi.También asistieron David Jabaloyes y Victoria Arniges, que viajaron desde Barcelona para acudir al acontecimiento literario, Valentín Erauzquin, de la galería Bozzetto, Gloria Díaz Armentia, el profesor Luis Cubas, que el día 28 presenta su libro de poemas ?El aroma de los tilos?, Iker Iglesias, Lide Maguregui, Aitor Alejandro, Ana Muela, que fuera compañaera del gran poeta Eduardo Apodaka, Luis Mariano Junquera, Vanesa Río, el escritor Julio González Alonso, Joaquín Gastón, Xabier Zaldunbide, Óscar Blanco, José Guarino, Victoria Trejos, Mónica Fraga y el ginecólogo de la clínica Euskalduna Eduardo López Arregui.

sábado, 16 de mayo de 2009

bilbao o mi ciudad interior
















fhoto by robert barret


A mi ciudad le huele el aliento

y ese hedor flotando tiñe su de por si extraña luz

obligándonos a vivir como si viéramos

atraves del cristal de una botella de absenta.

En esta ciudad oír el canto de un pájaro

resulta esperanzadoramente ridículo,

pero mayor absurdo es que críen en ella

su estirpe heredera de negras alas.

En la ciudad que vivo el sol no es real

y calienta sus sombrías entrañas

aspirando el humo de un tubo de escape.

Todo el mundo que habita en ella, como forasteros

de toda la vida de aquí, cree tener derecho

a que les corresponda un billete premiado de lotería

al doblar cada esquina.

Por ejemplo, los suicidas

siempre fracasan al primer intento

y prueban a empezar a vivir una nueva vida.

La lluvia sirve de inspiración a los paraguas

y alimenta los charcos para recordar a los transeúntes

que tatúan el suelo de la acera con sus pisadas

el espectro de un destino que camina

sobre los retazos de los reflejos a blanco y negro

de las nubes y los claros del cielo bajo sus pies.

En mi ciudad no existen los milagros

y sin embargo todos los días

leo en el periódico que ha ocurrido alguno.

Un Dios infraordinario

como el logotipo de una gran empresa

busca solar vacío con el que especular

con su inédito retorno.

Oigo a los que la critican decir que no tiene alma

pero lo que yo siempre le he echado en falta

como en una carta el remite,

como en una puta

de la que siempre me estoy despidiendo,

es que no tenga corazón.

Esta ciudad que presiente el océano

como sueñan las estrellas de mar

con viajar a otra Vía Láctea,

te da una paliza que rompe todos tus huesos

y sádica espera paciente, como un lagarto

contempla un escaparate con los maniquís desnudos,

a que se te suelden para con furia volvértelos a partir.

Vivo en ella sin que nadie me necesite

y todos los días parece precisar de mí

como yo de las farolas encendidas

y las nocturnas calles desiertas.

Las estrellas que transitan su cielo

parpadean puestas en contacto con la torre de control.

Esta ciudad bisexual travestida nunca cede el paso

y no se esfuerza por disimular

que puede perder los nervios con la facilidad

de un desertor de peatón al volante.

No tiene ojos para mirarla a la cara

pero la reconozco en cada rostro sin nombre como ella

que me cruzo con mirada apesadumbrada

de Ángeles recién desterrados

saliendo de los huecos edificios del centro

con aspecto de cartón piedra;

en el constante vomito de mansedumbre

de la boca del metro o de los andenes

de urgencias donde las ambulancias

entregan su carga con sobredosis de dolor;

en la atmosfera bucólica de entre guerras

de los parques con un banco bajo un árbol

y parejas paseando, con columpios y ruidosos niños

- por todos es sabido que lo niños no nacidos

corren vestidos de primera comunión por la cloacas-;

cuando entro en un baño donde alguien olvido

tirar de la cadena o me preguntan

por una dirección equivocada;

en la jeta que se me queda

al responder a una llamada de teléfono

con número oculto y una voz femenina

me confirma que la oferta promocional

concluyo sin que pasara a recogerla.




Para Txemi del Olmo

miércoles, 6 de mayo de 2009






OS INVITO


A LA PRESENTACION DEL LIBRO EN LA

LIBRERÍA CAMARA

C/ EUSKALDUNA Nº 6

JUEVES 14 DE MAYO

19’30 HORAS




























domingo, 3 de mayo de 2009

mis silencios







foto by Rober Barret



De pronto tu voz con tono herido me saca de ese estado,
en que te prometo a pesar de que reiteres con mal disimulado interés
tu pregunta, que no pensaba en nada; pero al mismo tiempo,
porque mi alma por breves instantes ha pertenecido más a mi cuerpo,
es imposible que no estuviera barruntando algo inútil de explicar
con palabras y que tu apremio ha convertido en cenizas
que has esparcido celosa por ocupar su sitio,
haciendo latente tu pudorosa inseguridad ante mi largo silencio.
Esas situaciones de ausencia que tanto te inquietan
porque te ves incapaz de interpretar, son el profético anuncio
de algo que quiere llegar pero ignora aún en que parada apearse;
que viaja nómada a toda prisa saltándose los semáforos
a la misma velocidad con que el silbido de las alas del diablo
imitan el sonido de las sirenas persiguiendo a las ambulancias,
y otras, con el paso exasperante de un viejo cruzando la calle,
obstruyendo como un infarto al impaciente e irracional tráfico.
Regala con lascivia drogas a la salida de un colegio de señoritas
o se impone salvar al mundo sin que nadie se lo haya pedido;
se imagina en secreto el olor de los rincones en cuerpos que no son el tuyo
pero a los que me encantaría poner tu rostro con los ojos cerrados
y los labios tan apretados como tus manos agarran a las sábanas;
o se mueve, sigiloso como un escualo, entre los esqueletos del pasado
flotando en el magma de mi memoria de la que me es imposible evadirme.