martes, 17 de marzo de 2009

he olvidado tu cara



ianire sagasti






He olvidado tu cara como uno de esos papelitos
que se me pierden en los bolsillos
con un número de teléfono sin nombre.
Sin embargo, sé que fuiste diciendo por ahí
que abandonarte fue como que pasara de vivir
en un ático del centro de la ciudad
a dormir sobre un lecho de cartones
bajo un puente de la autopista.
He de reconocer que desde que no abduces mis noches
he perdido la prisa y las ganas de seguir siendo bueno.
En mi cabeza arden torbellinos como vendavales de deseos
de abrir la puerta de los taxis cuando pasa un motorista,
de ser yo el que escupa en la mano de las gitanas,
de recortar con tijeras tu silueta en nuestras fotos.
Sé que tengo cara de ingenuo equinoccial
y la tristona mirada del que invariablemente se enamorara
de la chica encargada de meter las balas
para jugar a la ruleta rusa.
No fuiste mi primer error y confío en que no seas el último,
pero tenia ganas de volver a sonreír.
Bendita sea la calle que vuelve a arder
al ver como me alejo
abandonando tu equipaje en su mitad.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta. Muy gráfico, sin aspavientos y con una puesta en escena suave. El final es un fundido al negro. Es cierto y sincero, ya te digo, se entiende, el abanico de posibilidades que se abre, tras, después, de.

Ya era hora de que actualizaras.

TrasTera dijo...

Me alegra volverte a leer Óscar. Ácido y particular, y como siempre valientes tus letras directas a la herida. Tú como amigo bien, pero como enemigo... jeje, Óscar el terrible!
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Ostras, uno nuevo, zorionak! :-), ya te hacíamos en el dique seco...

Felicidades por la simplificación, porque como dice Billy, ha sido sin tanto aspaviento; vamos, más claro y directo.

Estás en el camino, Alberdi; sigue por ahí, y... llegarás!

Sonríe, sonríe, pero con el alma abierta a un mundo nuevo.

Un abrazo.

Marian Raméntol dijo...

Siempre es un placer perderme en este espacio, con calma, que estas cosas nunca pueden hacerse con prisas....

Mi abrazo lento.

Marian

Sara Castelar Lorca dijo...

Me encanta este poema Óscar, parece un cinepoema con final de los que te dejan el pellizquito...precioso.

Un abrazo