viernes, 7 de mayo de 2010

aviones de papel



Aviones de papel









Mis torturadores han esperado



hacerme confesar un crimen que no he cometido.



Mis enemigos, desean que aguante



sólo con el mal intencionado deseo



de ver como se alarga inútil mí sacrificio.



Mi hijo, me mira con esa mirada que tanto temo



mientras le insisto en que se esfuerce en sus deberes.



-¿Sabes hacer aviones de papel?-



me descompone con sus ojos expectantes



y su inesperado nuevo retador desafío.



Finalmente, abandonamos las sumas y restas



para acabar lo que queda de tarde haciendo volar mis cuartillas



con el texto en blanco de poemas descartados



exigiendo el rescate por algo que nunca he poseído.



Aun así, tengo fe en que la suerte



me llegue algún día como botín



de quien jamás se ha rendido.



Mientras tanto, hago volar magníficos aviones de papel



que describen imprevisibles órbitas



en su planeo ingrávido



decorando el vacío alrededor de nuestras cabezas.

2 comentarios:

Tom dijo...

"de quien jamás se ha rendido"
que grande!

Julio dijo...

Mi hijo, me mira con esa mirada que tanto temo
mientras le insisto en que se esfuerce en sus deberes.


Ahí está el quid de la cuestión; el hijo en el que nos miramos con los deberes sin hacer, ¡ay! Muy bueno.
Salud

Julio G. Alonso