miércoles, 25 de marzo de 2009

hay noches

ianire sagasti


Hay noches en que los sonidos
se reconocen con tal claridad
que parecen descubrirse con la percepción
de los sentidos un animal salvaje.
El murmullo lejano de voces
tornándose en repentino estruendo
al abrirse la puerta del bar,
que deja escapar los ecos de música
inundando las solitarias calles
como un vomito sanguinolento
con manchas de humo y hedor a alcohol.
El taconeo lejano de unos pasos
a los que inmediatamente pongo sexo.
El suave ronroneo del motor de un coche
de policía pasando despacito.
El siniestro silbido del batir de las negras alas
de los demonios que persiguen a una ambulancia.
El chapoteo húmedo de una manguera remota
que borra las pisadas del día hasta convertirlas en barro
cayendo como una cascada de cadáveres por la cloaca.
Los sucios pensamientos y las bonitas palabras
que viajan en la parte de atrás de los taxis,
apurándolos para que no respeten los semáforos
con muestras esdrújulas de mal disimulada ansiedad.
Hay noches que no necesito salir para saber que estáis haciendo,
de que habláis.
Hay en la noche
cosas que no descubro durante el día.
Puedo saber que pensáis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay noches en que todo se hace ,muy, muy cuesta arriba,
pero en las que efectivamente,
ese tercer ojo te indica
que, como escribió Dylan,
"times, they're a-changing...".

¡Vayan adelante esos 180º,
no los 360!

"En las grandes crisis, el corazón o se rompe o se curte".

????????????????????????????????

Marian Raméntol dijo...

Sí, momentos en los que uno no necesita mirar al espejo para ver.

Unplacer como siempre, Oscar.

Un beso
Marian