miércoles, 26 de enero de 2011

cadaver exquisito compuesto junto a ines martinez de iturrate


fhoto by doctor robert


Maldito poeta



Maldito poeta
con aliento de dragón,
mito de animal sufriente y encerrado
que derrites mis sentidos
con tu mirada de niño malo,

como la gotita que se desliza por mi piel
y va encontrando otras gotitas
hasta caer a mayor velocidad
en la tentación de tus labios.

Si no te quiso quien te tuvo que querer
quién te querrá dragón mío,
poeta dormido,
bola de fuego.

No conozco las reglas de tu juego.
Podría estar condenada a perecer,
o a entregarme del todo
y ser tu dueña.

Un hermoso cadáver dueño de otro,
juntos para toda la eternidad
por miedo a estar vivos,
nunca dejarnos matar.

Me miras como si desearas pedirme perdón
mientras yo alagada pienso “no hay de que…”
Poeta maldito, que derrites mis sentidos
con tu mirada de niño malo
al que me arrepiento
de dejar marchar de madrugada.


¡ No puedes abandonar ahora!,
no puedes levantarte de la mesa
hasta no haber perdido hasta la camisa,
o mejor aún: deberías perder la piel
que es lo que más te pesa
porque cuando te contemplo desnudo
es como si vistieras harapos.

Tampoco mi piel es mía,
es la de un lagarto que nunca la muda
y que te observa inmóvil como a una presa,
acechándote mientras duermes,
siguiendo cada paso de tu respiración.
No soportaría que me mintieras.
¿Y qué es la verdad?




No te he visto beber más agua
que la del hielo derretido
con ese miedo tuyo a ganar.
Lanza pues una plegaria
a quien te apresó con semejante disfraz
porque con él no vuelas pedazo de bobalicón,


reptil de taberna
verde como la cerveza,
manzana del paraíso
que aúlla como un lobo a la luna
para recordar lo que nunca fue.

Y sin embargo cuando recorro
tus vértices con mis caricias
encuentro archipiélagos de zozobra,
continentes de enigmas
y ojos como profundos océanos
en los que se lee lo que nunca contaras,


poeta maldito
con aliento de dragón,
mito de animal sufriente y encerrado
que derrites mis sentidos
con tu mirada de niño malo.

domingo, 23 de enero de 2011

martes, 18 de enero de 2011

¿?



fhoto by doctor robert









si se encontraran

en la barra de un bar

¿de qué hablarían

Dios y el Diablo?

?


no soy como tú
?

dónde está el baño?
?


ahora no recuerdo cuando

ni a quien



que Dios es el de las grandes ideas

y el Diablo

el de los cojones.


“y es que el Diablo

habla como los hombres

mientras Dios sólo piensa

en la eternidad”

lunes, 17 de enero de 2011

antes de lanzarte a esta vida...


fhoto by doctor robert








Antes de lanzarte a la vida

deberían explicarte al menos

un par de reglas mínimas del juego.

Por ejemplo, que siempre la sangre

será más espesa que el agua de un vaso

o de lluvia que te obliga a protegerte.

Que tu alter ego, al que acusas

de que te traicionara, cuando eres tú

el que conspira para asesinarlo

alejándote de en quien querías

convertirte desde tu primer sueño,

no es más que tú mismo al que disfrazas

de esa verdad en la que habitas

como una flor trasplantada a un tiesto.

...bien podria convertirse en mi epitafio...


fhoto by doctor robert


La visión cotidiana de todo cuanto me rodea

es como si me frotara los ojos

y al abrirlos, me descubriera frente a un espejo

contra el que antes alguien

hubiera arrojado el contenido de un vaso de agua

y esta, cayendo por su lisa superficie

como por el cristal de una ventana un día de aguacero,

me revive la inquietante sensación de un deja vu inacabable

que complica aún más la distorsión a contraluz

de diferenciar entre la realidad y mi propia fantasía.

Y es que la verdad podrá tener mi cuerpo

pero nunca poseerá mi alma.

La entraña de mi conciencia

pasea por los puentes de Bilbao

con un hijo cogido de mi mano.

Camina con las manos metidas en los bolsillos

por las desiertas noches azules

de avenidas y húmedas calles.

Por la ceniza gris del recuerdo de cielos otoñales

observando las bandadas de estorninos

balanceándose entre rayos de sol

que atraviesan como jirones las oxidadas nubes.

Mi nombre se asemeja a los escritos en olvidadas agendas.

Me cruzo sin rozarme con gente anónima

sin que ellos tampoco se percaten ni de que existo

ni de que soy la manzana del paraíso.

Si me fui fue porque me desengañe.

Si he vuelto fue porque me sentía perdido.

La pasión ha dado paso a la compasión

y así cualquier línea que leo en un libro

bien podría convertirse en mi epitafio.